miércoles, 21 de julio de 2010

La vida eterna

De nuevo volvemos al prolífico Savater que nos hace disfrutar esta vez con una obra que quizá podríamos clasificar bajo el ramo de la "Filosofía de la Religión". Aquí el filósofo intenta exponer sus opiniones sobre las religiones. En un primer momento, tal y como nos indica el título, se centra en el aspecto de las religiones como "un sistema de recompensa", de manera que se le atribuye a la religión la finalidad de "darnos un respiro" (dicho de una manera coloquial) en lo que se refiere a la transición entre la vida y la muerte. Dicho con otras palabras, lo que va a intentar Savater en este libro es combatir con argumentos lógicos muchas de las que, a su modo de ver, son incoherencias religiosas postuladas para dar solución al problema de la muerte. La primera parte del libro es, en la práctica, un camino que vamos siguiendo mano a mano con el pensador para ir descubriendo dichas "incoherencias" e ir filosofando alrededor de ellas para obtener una conclusión persona. Y digo personal porque en este libro, como en tantos otros firmados por el filósofo que nos ocupa, se sigue la ya clásica estrategia didáctica ejecutada por Savater: el escritor va trazando poco a poco un camino que nosotros mismos, los lectores, vamos construyendo junto a él como si fuéramos cogidos de la mano. Savater puede llegar a ser un poco "radical" (si podemos llamarlo así) en determinados momentos -como en varios de sus libros, dicho sea de paso- sin embargo, lo que nunca podremos llegar a sentir con este libro en modo alguno es la imposición de pensamiento. Creo sinceramente que este es un libro para "todos los que quieran leerlo", es decir, los que estén interesados en el tema, dicho de una manera general, de la "Filosofía de la Religión". En pocos momentos durante el libro una persona puede llegar a sentirse incómoda con la narración, ya sea creyente, atea o agnóstica (por supuesto siempre que dichos creyentes, ateos o agnósticos vayan acompañados del adjetivo "tolerante" como es natural en un ambiente democrático) lo cual lo hace realmente interesante ya que es un ejemplo más de cómo tratar un tema de una manera "responsable" como ya nos va teniendo acostumbrados el filósofo guipuzcoano en sus libros.
Lo dicho al respecto del "ambiente democrático" nos introduce la segunda parte o segundo aspecto del libro: el rol que juegan -o que pueden llegar a jugar- las religiones en una sociedad democrática. Savater realiza un exhaustivo análisis del comportamiento de las religiones en el pasado, presente y posible futuro del mundo centrándose fundamentalmente en el cristianismo -padre de la cultura europea- y en el islam -que tanto preocupa hoy en día y que tantos debates ha conseguido establecer-. Se tratan interesantes temas como las actitudes integrista y fundamentalista que nos acechan (no sólo en ambientes tan reconocidos como el mundo Oriente Próximo sino también en sitios tales como EE UU donde los grupos radicales religiosos juegan a diario importantes papeles en la toma de decisiones políticas).
Por último el libro viene acompañado por la recolección una serie de pequeños ensayos y artículos periodísticos que aderezan muy bien la lectura y resultan un buen complemento (sobretodo a la hora de, por ejemplo, comparar la actitud de Savater con el paso de los años y el cambio de la situación política y social si nos propones hacer un pequeño análisis de los mismos). Quizá la única pega reseñable que se le puede atribuir a estos artículos es su repetición: dado que es una recolección, se repiten irremediablemente ciertos temas que, con el paso de las páginas pueden resultar ciertamente odiosos de volver a releer.
Por último he de decir que en mi opinión no es de lo mejorcito que ha hecho Savater pero sin duda merece la pena el leerlo con detenimiento y disfrutar de las reflexiones que nos ofrece la obra.

martes, 6 de julio de 2010

Los usos del ensayo: Fernando Savater en defensa de la Tauromaquia

A continuación reproduzco literalmente el contenido del manifiesto que Fernando Savater leyó en defensa del mundo del toro. Es curioso ver la inmensa cantidad de temas que pueden llegar a ser tratados en el ensayo (particularmente un manifiesto en este caso) y la diversidad de los mismos, demostrando, en parte, la pluralidad de nuestra sociedad y el infinito número de usos de la filosofía que, como nunca me cansaré de repetir, afecta a todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida y filosofar no es sólo estudiar a los clásicos y saberse de memoria tres o cuatro citas interesantes sino que filosofar es vivir la vida en todos los sentidos. Aquí tenemos un ejemplo del grandioso despliegue de la diversidad cultural del que bebe la filosofía.

MANIFIESTO EN DEFENSA DE LA FIESTA

Declaramos públicamente nuestro apoyo a la Fiesta como una de las señas de identidad de nuestro país y de nuestra cultura. Los toros forman parte de nuestro patrimonio cultural y como tal deben ser respetados y protegidos por el Gobierno de la Nación.
Defendemos la libertad y el derecho a seguir disfrutando de la emoción del toreo en las plazas de toros de todo el mundo, sin que nadie nos pueda privar de una de nuestras más preciadas aficiones y formas de ocio.
Contemplamos el toreo como una fiesta plural, del pueblo, que nada tiene que ver con ideologías políticas. Proclamamos que el toreo es cultura en sí, por su capacidad de transmitir emociones a las personas que lo presencian. Estamos de acuerdo con Federico García Lorca, que decía que el toreo es "la fiesta más culta que hay hoy en el mundo".
Reconocemos que el toreo ha sido y sigue siendo fuente de inspiración de artistas de todos los tiempos. La creación cultural y artística que toma como punto de partida la tauromaquia así lo atestigua. Resaltamos el gran valor económico de la Fiesta de los Toros como generadora de puestos de trabajo y generadora de importantes ingresos.
Destacamos los valores ecológicos del toro de lidia como especie única y creación cultural del hombre, que lo ha seleccionado durante siglos. Y taambién como protector de un espacio natural que pervive gracias a su presencia: la dehesa.
Por todo ello reivindicamos el compromiso tanto del Gobierno Autonómico como el Gobierno de la Nación para valorar y proteger un patrimonio único de gran arraigo en nuestra cultura.

Manifiesto leído y firmado por Fernando Savater (además de otros representantes del mundo de la tauromaquia tales como los toreros Curro Romero u Ortega Cano) el día 25 de febrero de 2010 en el Palacio de Ferias y Congresos de Sevilla durante la presentación de la nueva imagen de la Feria Mundial del Toro.

sábado, 24 de abril de 2010

20º aniversario del telescopio Hubble: 20 años filosofando sobre el universo.


(Imagen escogida por el equipo del telescopio para celebrar su vigésimo aniversario.
En ella podemos ver unos pilares de gas de trece años luz de altura que esconden un conjunto estelar en la nebulosa Carina, a 7500 años luz de la Tierra. El oxígeno se ve en azul, el nitrógeno en verde al igual que el hidrógeno y el azufre en rojo).


¿Habrá habido algo que más haya llamado la atención al ser humano, sobretodo en su estado primigenio, que los cielos? Durante años hemos especulado, hipotetizado y filosofado sobre qué podría haber más allá de ellos o incluso si había un "más allá" de ellos. Gracias a los imperantes avances de la ciencia y la tecnología, día a día vamos obteniendo más datos, más soluciones, con las que la filosofía puede rizar una vez más el rizo y obtener cada vez mejores preguntas para perfeccionar nuestras respuestas. Respuestas que no sanan pero al menos alivian.
El paradigma astronómico del ser humano, su "obra maestra" puede sintetizarse en el Hubble. Si un extraterrestre aterrizara sobre nuestro mundo y preguntara cuál es la herramienta astronómica o incluso científica de la que nos sentimos más orgullosos, esa sería el Hubble. Porque este gigantesco telescopio fue la confirmación de nuestra sociedad como civilización moderna a "escala universal", porque fue el primer paso de la "conquista de los cielos". Muchos hablarán del primer viaje a la Luna o incluso del HCL si nos vamos a otros campos de la ciencia pero, con todo el respeto hacia estos avances, nada nos ha transmitido, al menos desde mi humilde punto de vista, tanta satisfacción (de esa satisfacción que nos causa el trabajo "bien hecho") como el Hubble, que en estos veinte años nos ha dado tanta información sobre el espacio exterior como nunca podríamos haber alcanzado sin su ayuda y no sólo eso sino seguridad, confianza y esperanza de que las teorías funcionan y de que a partir de ellas se pueden obtener conclusiones verdaderas.

De un modo paradójico, esa seguridad también puede dar partida a nuevas teorías que al principio nos dejen "fuera de juego" científicamente hablando (véase el cálculo de la edad aproximada del universo) pero siempre nos quedará la alegría de poder afirmar que no existen los dogmas en la ciencia y que mientras sigamos trabajando en ello podremos alcanzar la solución así como la alcanzaron nuestros antepasados, dando pie, de nuevo, a que la filosofía de otra vuelta de tuerca a su magnífica espiral de conocimiento.

Con más filosofía de lo que parece

"Yo pensaba que chatear era tomar vino en los bares. No está mal esta nueva fórmula. En realidad se busca lo mismo: un buen rato de conversación".

Antonio Pérez Henares "Chani".

sábado, 10 de abril de 2010

En defensa de los derechos fundamentales en Internet

Ante la inclusión en el anteproyecto de la Ley de Economía Sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del Ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creaciñon de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y de cara al futuro.
9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
10.- En democracia, las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a los derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

lunes, 29 de marzo de 2010

Los panfletos liberales de Rodríguez Braun

A continuación me dispongo a reproducir un artículo de Carlos Herrera publicado en el XL SEMANAL nº1170 (magazine de los domingos del periódico malagueño SUR) el cual suscribo punto por punto y me enorgullece divulgar en este sencillo espacio, demostrando la valía de estos nuevos medio de comunicación llamados blogs que considero un arma fundamental de la democracia al permitir a los ciudadanos expresarnos libremente ejerciendo nuestro pleno derecho y desarrollando nuestra propia dimensión política como seres sociales que somos. El artículo en cuestión se titula "Los panfletos liberales de Rodríguez Braun" y es el siguiente:

Mi dilecto y platense amigo y maestro Carlos Rodríguez Braun acaba de publicar una pequeña guía de proclamas liberales titulada precisamente Panfletos liberales que se me antoja imprescindible para aquellos que consideren que el liberalismo es la máxima crema de la libertad. Absténganse totalitarios, como digo en su prólogo que aquí traigo, porque van a pasar una mala tarde. Absténganse nostálgicos del colectivismo o defensores de la vieja idea de los derechos colectivos, no individuales. El libro es un alegato contra aquellos actores sociales que no tienen reparo en admitir dictaduras si éstas son de izquierdas y contra aquellos intelectuales, poetas, escritores que le han dado plácet ideológico a auténticos procesos represivos y liberticidas. Sartre o Neruda sentaban cátedra no pocas veces a favor de feroces criminales y nadie osaba abrir la boca. Si lo hacías y recordabas que ambos carcamales han sido valedores de la ideología que más víctimas mortales arrastra desde la creación del mundo -el estalinismo-, eras calificado y despreciado de forma inmediata. Al igual que ellos, que Grass, que García Márquez, que Saramago, excelentes creadores por otra parte, muchos líderes artísticos han disculpado inexplicablemente crímenes abyectos en función de vetustas ideologías que, como poco, sólo han conseguido arruinar las sociedades en las que se han aplicado. El capitalismo, en esas esferas, es juzgado por sus resultados; el socialismo, en cambio, sólo por sus objetivos.
Estos panfletos de Braun argumentan una gran verdad: libertad y democracia son un buen negocio. Allá donde la libertad individual ha sido respetada, la iniciativa del ser humano ha hecho progresar a la sociedad, la ha enriquecido y ha dotado de instrumentos imprescindibles a aquellos que tienen la sana intención de liderar el futuro. Países supuestamente ricos, llenos de recursos naturales -el doctor Rodríguez Braun podría citar fácilmente uno- han recaído constantemente en la melancolía del marasmo, del estancamiento, por culpa de políticas paternalistas e intervencionistas. Países sin un maldito campo de cereales han salido adelante, en cambio, gracias a la libertad, a la paz y, especialmente, a la seguridad jurídica, la que consagra la propiedad privada, esa que garantiza la tranquilidad de que lo que te has ganado tú honradamente no va a venir ningún iluminado a quitártelo. No se trata, como pueden imaginar, de suprimir el Estado, o la idea que de tal se tiene desde mediados del siglo pasado: el liberalismo sostiene que un Estado debe redistribuir la riqueza en forma de igualdad de oportunidades, además de acudir en socorro de quien verdaderamente esté marginado de los territorios del bienestar; sin embargo, el liberalismo de Rodríguez Braun es aquel que le dice al Estado que no haga las cosas que podemos hacer los demás, que no se meta en nuestras vidas más allá de las leyes elementales de convivencia y que permita que los emprendedores puedan crear riqueza para todos sin tener que pedir perdón por ello. Desgraciadamente, es sabido que cuando engorda un Estado, adelgazan los individuos. Y al revés.
No quieran interpretar este libro según el viejo baremo de las izquierdas y las derechas. Ambas existen, o existían con mucha más claridad, desde tiempo atrás, pero se desdibujan ante el terremoto de los cambios a los que predispone, por ejemplo, el avance tecnológico, la nueva sociedad de la información y la globalización mundial de la economía, otro de los caballos de batalla del pensamiento único. La línea divisoria, el eje que divide la política de nuestro tiempo, es la que separa una concepción de la sociedad con más libertad o con menos libertad. Lo demás es cosa de libros antiguos, de manuales de historia.
Si se asoman a su interior, encontrarán un texto rico en ideas, provocador, incorrecto políticamente. Dejen de un lado prejuicios decimonónicos y monsergas largamente aprendidas y dadas por válidas por ese tipo de pensadores que siempre tienen aspecto de estar enfadados. Dejen de lado los dogmas antiguos y soflamas fáciles. El desarrollo de sus diversos capítulos no les dejará indiferentes.
Este licenciado, seguidor impenitente del doctor Rodríguez Braun -aunque él sea de River y a mí me guste Boca-, les aconseja calma, curiosidad y espíritu de alerta permanente. Tras cualquier frase supuestamente inofensiva puede esconderse el furioso león revolucionario de la verdad, esa que no sé si nos hará libres, pero si nos dejará la conciencia mucho más tranquila.

Carlos Herrera. Arenas Movedizas. XLSEMANAL nº1170.
www.xlsemanal.com/herrera
carlos@carlosherrera.net/www.carlosherrera.com

sábado, 6 de marzo de 2010

Oda a la buena ortografía


Porque una buena idea mal redactada se puede convertir en tu peor pesadilla... Porque la filosofía es el resultado de un cúmulo de habilidades...

(Imagen tomada de "El espíritu de los cínicos")

lunes, 22 de febrero de 2010

"Filosofía de la vida"


"En el tren, justo enfrente, un señor de más de 50 leyendo Imaginar el matrimonio; su mujer, al lado, Entender a los hombres."


(Publicado originalmente en Microsiervos)

viernes, 5 de febrero de 2010

Por amor a Minerva: Una vieja alegoría para una nueva paz


El siguiente texto corresponde a un fragmento del ensayo que redacté para el "Concurso de Manifiestos por la Paz" celebrado en el I.E.S. "Fernando de los Ríos" y que resultó ganador:

POR AMOR A MINERVA: UNA VIEJA ALEGORÍA PARA UNA NUEVA PAZ


Angel or demon, what unearthly spell Returns, divinely false
like all things fair, To mock this desolation?
(G. SANTAYANA, Odi et amo)


En días como estos, cercanos al 28 del mes cojo, parece que, al menos una vez al año, que no
hace daño, casi todos los ciudadanos estamos de acuerdo en algo: entre esas necesidades vitales que se nos hacen imprescindibles para seguir dando guerra en este mundo nuestro se encuentra esa palabra que a muchos, por suerte o por desgracia, les quita el sueño: la paz.
Atendiendo a una definición “casera” de paz podemos esclarecer esta como un convenio entre
ciudadanos en busca de algo tan básico como un lugar donde ejercer nuestros deberes y disfrutar de nuestros derechos. Y es que si algo nos reporta la paz, con ese “escenario” tan deseable que nos ofrece, es la libertad.
De hecho, nosotros, pobres seres avocados a la sociabilidad (“No es la conciencia lo que
determina al ser sino el aspecto social de este lo que determina su conciencia” decía Marx) vamos
en pos de la paz para buscar esa libertad que alimenta nuestra condición humana. En el antes
mencionado “escenario pacífico”, al no estar oprimidos bajo el dictado de la violencia, nos
convertimos en seres plenamente autónomos, más libres.
Es ahora cuando, surcando socialmente los terrenos de nuestro “escenario pacífico”, entramos
en territorio comanche. Es necesario establecer una relación coherente entre los dos términos que hemos tratado para no tropezar en nuestro alegre paseo y que alguna flecha terrorista pase
demasiado cerca de nuestro sombrero. Está claro que la paz trae consigo nuestra adorada libertad, es casi como una relación de causa y efecto aristotélica. Sin embargo, hay que dejarlo claro queremos a la causa como un seguro, un garante de la consecuencia. De nada nos sirve tenerlas por separado.
Si esa libertad nuestra, que los Académicos con mayúscula han llegado a definir como un
valor intrínseco del ser humano, se ve amenazada por los actos de violencia no nos queda más
remedio que expresar nuestra apología, nuestro amor por la paz enfrentándonos contra los que
provocan dichos actos a capa y espada, como si de un relato quijotesco se tratara. Solo que ellos
pretenden hacerse pasar por gigantes pero nosotros, sanos aún de la sesera y no como el pobre
caballero, vamos a derruir las en realidad endebles paredes de sus molinos.
En tiempos de la antigua Grecia, cuando las batallas podían contarse por cientos, existían
muchos iconos dotados de un fuerte carácter bélico a los que venerar. De entre ellos, creo que no
hay ejemplo más paradigmático que el de Ares, el apodado “Señor de la guerra”, destructor de
civilizaciones. Claro que Ares no vino sólo al mundo. A su lado, en casi cualquier libro de Historia
al que echemos mano, siempre encontraremos una figura que logró despertar también muchos
cantares en los padres de la democracia: Minerva, o Atenea si se prefiere usar el apodo latino.
Minerva es modelo de sabiduría, de cultura pero también lo es a su modo, aunque no sea un rasgo excesivamente popular, de la guerra. Una guerra que debería darles ejemplo a aquellos que se avergüenzan de combatir el terrorismo sólo porque no mostremos una actitud pasiva hacia él e intentemos cortarle la cabeza con la guillotina de la blanca paloma, ignorando los dictámenes de la paradoja de la tolerancia.
Si señor, Minerva es también toda una guerrera, pero no con la ansiedad destructiva del
descabezado Ares, sino virtudes como la prudencia o la justicia, virtudes que colman el poder
político.
Esta Minerva es el símbolo que nos ha de recordar los ideales por los que luchamos y que
nunca hemos de abandonar esta lucha, porque abandonarla sería hacer patente una traición hacia los que se han dejado la vida, literalmente hablando, en el comienzo de la misma.
Hay que remarcar esta faceta “libertaria” de la paz porque es fácil confundir ciertas
situaciones que se enmascaran de ella. Por ejemplo, en muchas ocasiones se puede tener sosiego,
tranquilidad incluso desahogo económico pero no libertad.
Hay casos, como el de la dictadura franquista, que ya que estamos en España vamos a hacer
autocrítica nacional -un espléndido deporte que por lo que parece carece de categoría olímpica, al
menos en territorio ibérico- en el que mucha gente vivía tranquila y aparentemente sin
preocupaciones (no debemos olvidar lo que siempre ha costado y cuesta hoy llenar el cuenco de
sopa), pero no gozaban en absoluto de libertad. Y es que, como la libertad es un producto
plenamente pacífico, es decir, nacido del anteriormente definido convenio entre ciudadanos, es
imposible llegar al estado de libertad careciendo de dicho convenio y dicho convenio solo es
sinónimo de democracia, de hermandad entre ciudadanos por un bien común.
Así, no debemos caer en el engaño de quienes pretenden disfrazar la paz de tranquilidad,
proporcionando una serie de medios tentadores que nos podrían llevar a caer en las fauces del lobo y nos hagan perder ese rumbo que nos marca Minerva, arma en mano y búho al hombro, del combate de por la paz.

(c) D. López.

(Me ha sido imposible mejorar la edición del texto).

viernes, 25 de diciembre de 2009

Las consolaciones de la filosofía


"Filosofías hay muchas y esta es una de ellas"

(A. Martínez)

Como lo prometido es deuda y ya iba siendo hora de hacerlo, he decidido publicar al fin un humilde comentario de uno de los libros que me fueron concedidos en nombre de este blog en el "I concurso de blogs de filosofía" en el curso anterior y que he tenido el sincero placer de disfrutar en mis vacaciones veraniegas: "Las consolaciones de la filosofía" de Alain de Botton.

Casi siempre que cae algún libro anteriormente desconocido en mis manos lo que suelo hacer es intentar contenerme para no empezar a leer desordenadamente el índice y hacer conjeturas sobre lo que puede pasar en la novela, "luego lo encontrarás más interesante de la otra manera..." me digo a mí mismo y normalmente este acuerdo con mi "yo interior" funciona bastante bien al imaginar que por leer alguna frase desafortunada el resto de la lectura, que en un principio se avistaba tan lucrativa, se convierta en una aburridísima tarea.

Este fue uno de los que me hicieron romper el trato en mil pedazos y dejar a mi "yo interior" con un palmo de narices y la estilográfica en la mano.

¿Quién se iba a creer que un desenfadado "libro de filosofía" podría entrañar un grave problema si no lo leías "como debe ser"?

En efecto, el título del libro era a la vez extraordinariamente objetivo como abierto a un mundo de posibilidades: "Las consolaciones de la filosofía"; cuando lo leí me surgieron algunas dudas al posible contenido del libro: ¿Pretendía ser una crítica hacia la propia filosofía, haciendo uso de la ironía?, ¿Acaso era un libro de auto-ayuda?, ¿o su finalidad era simplemente un título "enganchante" para lograr lectores a costa de personas interesadas en el tema?

La tercera opción enseguida quedó borrada de mi catálogo debido a que sabía quién había escogido el libro y que no había sido "el típico regalo de Navidad" sino que se trataba de un regalo cuya finalidad estaba basada en "saciar" el posible apetito literario de un nuevo aficionado a la filosofía.

Como la primera no era contrastable hasta haber empezado el libro y la segunda no me hacía mucha gracia lo abrí y le eché un ojo al índice: aquello hablaba de temas tales como la impopularidad, la falta de dinero o la ineptitud. Aquello no había solucionado del todo mis dudas así que decidí, a pesar de que no es algo que suela hacer a menudo, leerme de pe a pa la contraportada, cuyas primeras frases rezaban así:

"... En un fascinante recorrido a través de 2400 años de filosofía occidental, el autor recurre a la vida y obra de seis filósofos fundamentales para examinar otros tantos problemas comunes..."

("Las consolaciones de la filosofía", Alain de Botton, Taurus)

Aquello ya no pintaba tan mal. Podría ser interesante e incluso bastante entretenido ver como aquel libro relacionaba problemas de la vida cotidiana con las ideas de los, bastante más a menudo de lo que debieran, autores históricos que se relacionan en demasía con temas abstractos y que la mayoría de las personas no sólo no encuentra ninguna utilidad práctica sino que también los consideran tediosos de leer y comprender.

No había abierto las primeras páginas de aquel libro cuando ya se me estaba abriendo todo un abanico de ideas: la cosa se estaba poniendo cada vez mejor. Con todo, el tema del libro me estaba recordando horrores a una de las antiguas entradas de este blog, "El elogio de lo inútil" , en la que intenté exponer mi postura como buenamente pude sobre la frase "la filosofía no sirve para nada". En este artículo sostengo que utilidad es un concepto tremendamente relativo y que, en casos especiales como el de la filosofía, esta es tan polifacética que todos los aficionados a la materia deberíamos hacer un esfuerzo para trasladar las generalmente complejas ideas expuestas en los ensayos (debido a que en muchas ocasiones es necesario utilizar un lenguaje demasiado técnico para expresar determinadas ideas) a un nivel más "standard" que todo el mundo pueda entender sin la necesidad de interrumpir la lectura para ir en busca de la enciclopedia o el buscador de internet más cercano. Propongo esto debido a que estimo que en la inmensa mayoría de las ocasiones ese miedo o incluso desprecio que siente a veces la gente hacia la filosofía es causa de este tipo de redacción que aunque necesaria, es excesivamente abstracta y no permite a los no doctos en la materia establecer una relación clara entre una idea y una situación real.

Dicho y hecho, el tema del libro me quedó al fin bastante claro y me dispuse a leerlo.
He de decir que no es un libro especialmente pesado. De hecho, las incesantes anécdotas con las que enriquece Alain de Botton el libro amenizan bastante la lectura. Cuando uno termina de leer el libro se da cuenta de que, a pesar de hacer un sencillo aunque buen recorrido a lo largo de la historia de la filosofía, no es un libro de Historia de la Filosofía y sin embargo, creo que es una de las mejores formas de aprender algo de esta rama de la Filosofía.

Digo esto porque el libro nos muestra la filosofía in media res, es decir, que el leer cualquier aspecto en apariencia teórico de tal o cual autor significa en realidad comenzar a filosofar.
Este hecho es remarcable debido a que, y más este año que la curso, tengo una opinión bastante crítica contra los clásicos libros de Historia de la Filosofía. Estos, al menos lo que he podido contrastar, se dedican a mostrar parrafadas y parrafadas de características muchas veces sin explicación ni contexto del mayor número de autores posibles.
¿Y qué hay de la dialéctica, método que tanto se esforzó Sócrates en inculcarnos, muriendo incluso por la defensa de sus ideas? ¿Y el arte de la redacción? ¿Y las lecturas?
Cada día que pasa voy comprobando cada vez más que lo que quiere este sistema educativo nuestro es la creación de loros que sepan retener todo tipo de datos lo más precisos posibles. Es triste que alguien sepa las fechas de nacimiento y muerte de Platón, donde vivió la mayor parte de su vida, quiénes fueron sus maestros o los nombres exactos en su lengua original de todas y cada una de sus obras pero luego no sepa reconocer las metáforas que se pueden introducir en cualquier texto sobre su "teoría de las Ideas" o redactar aunque sea un pequeño ensayo sobre una opinión acerca de cómo afectó Sócrates al pensamiento de Platón.

Por último, quiero despedirme dando las gracias a A. Martínez, que fue quién eligió el libro, por haberme ayudado a descubrir las facetas más reales y, por qué no, divertidas de la historia de la filosofía, dandome una opción alternativa a mi actual libro de texto de la asignatura y provocando un cada vez mayor interés en la temática. Gracias.